La cabra es uno de los animales más comunes del mundo, presente en la mayoría de países y culturas ganaderas. Es apreciada por su facilidad de mantenimiento y por la gran cantidad de productos que nos ofrece: leche, carne, queso y cuero. Sin embargo, al ser un animal también es propenso a ciertas enfermedades, que si no se tratan a tiempo pueden causar graves daños a la salud de la cabra e incluso su muerte. Prestar atención a las señales y al comportamiento del animal puede ayudar a detectar la enfermedad a tiempo y minimizar los daños sufridos.
Síntomas de una cabra enferma
Los síntomas más comunes y visibles que indican que una cabra está enferma son la pérdida de apetito en la comida y la bebida, ojos irritados, diarrea, ubres calientes, apretar la cara contra una pared o valla, toser, llorar o balar más de lo normal, rechinar los dientes, separarse del rebaño, párpados y encías pálidos. Otros síntomas que pueden indicar la presencia de enfermedad son secreción nasal y ocular, tos, congestión nasal y problemas respiratorios. También puede haber una acumulación anormal de grasa alrededor del cuello y la zona de la silla de montar de la cabra y costras alrededor de los bordes de los ojos.
Enfermedades caprinas comunes
Viruela caprina: La viruela caprina es una enfermedad muy contagiosa causada por un virus y que puede afectar tanto a los adultos como a las crías. Los síntomas de esta enfermedad incluyen la formación de lesiones en la piel de la cabra y en las mucosas, enrojecimiento e hinchazón de los ojos, fiebre, apatía y debilidad en el animal, molestias respiratorias y formación de costras en las lesiones de la piel.
Encefalitis Artrítica Caprina (EAC): Se trata de una enfermedad incurable, contagiosa y devastadora para los rebaños caprinos. Es similar al virus del SIDA humano y compromete el sistema inmunitario de las cabras. Es importante comprar sólo cabras libres de CAE y que puedan someterse a pruebas de detección de la enfermedad.
La fiebre aftosa: La fiebre aftosa es una enfermedad vírica infecciosa de las cabras causada por el virus de la fiebre aftosa (VFA). Se propaga muy rápidamente y puede causar graves pérdidas en el parto y la lactación. Los síntomas de esta enfermedad incluyen fiebre, ampollas, debilidad, depresión y pérdida de apetito.
Pruebas de detección de enfermedades
El primer paso para diagnosticar cualquier enfermedad es hacer un historial cuidadoso de los síntomas de la cabra y examinarla a fondo por un veterinario. A continuación, el veterinario decidirá qué pruebas deben realizarse para detectar la enfermedad o afección exacta. Las pruebas más comunes que probablemente solicitará el veterinario son el cultivo de leche, el recuento de células somáticas (SCC), la prueba de mastitis de California (CMT) o una prueba ELISA.
Tratamiento de las enfermedades
El tratamiento de las enfermedades de las cabras depende del diagnóstico. Las opciones de tratamiento incluyen antibióticos, medicación antiinflamatoria, tratamiento tópico de la piel, como pomadas y champús, y otros medicamentos prescritos por el veterinario. Por ejemplo, la pseudotuberculosis de laboratorio es diferente de la tuberculosis real y de otras enfermedades similares. El tratamiento puede incluir medicamentos como Galgosantel (1 cc por 10-20 kg de peso corporal) e Ivermectina (1 cc por 50 kg de peso corporal).
Prevención de enfermedades
Puedes tomar varias medidas para asegurarte de que tus cabras se mantienen sanas y seguras. Crear un hogar seguro para tus cabras es el primer paso. Asegúrate de que el prado de tu cabra es lo bastante grande para ella, con un refugio y entretenimientos como grandes rocas a las que subirse. También es importante dar a tus cabras abundante agua fresca y limpia y alimentos nutritivos. Si tus cabras viven en una zona con muchas moscas o mosquitos, asegúrate de darles repelente de insectos para evitar la propagación de cualquier posible enfermedad. También es importante vacunar y desparasitar a tus cabras con regularidad para evitar la propagación de enfermedades. Si una cabra enferma, aíslala inmediatamente para evitar la propagación de cualquier infección transmisible.
En conclusión, siendo observadores, proporcionando el entorno y los cuidados adecuados, vacunando y dando tratamiento preventivo, los propietarios pueden ayudar a sus cabras a mantenerse sanas y disfrutar de su compañía durante más tiempo. Aunque las cabras son propensas a ciertas enfermedades, con los cuidados y la atención adecuados, se pueden prevenir enfermedades mortales y maximizar la salud de la cabra.